LOGO Y FECHAS


Programa Oficial

Lunes 22/08/77, 10.00 am Reunión del Comité Director de la Federación de Ciclismo Profesional
Lunes 22/08/77, 02.00 pm
Reunión del Comité Director de la Federación de Ciclismo Aficonado

Martes 23/08/77, 09.30 am Congreso de la FIAC
Martes 23/08/77, 02.00 pm Congreso de la FICP

Miércoles 24/08/77, 10.00 am Reunión del Comité Director de la UCI
Miércoles 24/08/77, 06.00 pm Ceremonia de Inauguración

Jueves 25/08/77 COMPETENCIAS PISTA

Viernes 26/08/77 COMPETENCIAS PISTA

Sábado 27/08/77 COMPETENCIAS PISTA

Domingo 28/08/77 COMPETENCIAS PISTA

Lunes 29/08/77
COMPETENCIAS PISTA

Martes 30/08/77
COMPETENCIAS PISTA

Miércoles 31/08/77, 03.00 pm Contra-reloj por equipos (Orope-Coloncito-La Fría-Orope-Coloncito)

Jueves 01/09/77, Descanso

Viernes 02/09/77, Descanso

Sábado 03/09/77, 09.00 am Ruta individual Damas (49 Kms.)
Sábado 03/09/77, 01.00 pm Ruta individual Amateurs (170 Kms.)

Domingo 04/09/77, 09.00 am Ruta Individual Profesionales (255 Kms.)



Mas datos

Países inscritos
Carta del Director General
Carta del Presidente de la UCI
Presentación de San Cristóbal
Descripción del Velódromo
.




Esto es historia

Hace 30 años un sueño se convirtió en realidad

San Cristóbal, sede de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo

Por Guillermo "Guillo" Villamizar

I

Los sueños de Ramsés Díaz León no encontraban sosiego en la creatividad de su mente. Las calles empinadas de la ciudad, sus cafetines y la tertulia que marcaba la víspera del descanso en la diaria rutina, fueron testigos y promotores del pensamiento del avezado periodista. El mundo de la fantasía bullía y alimentaba febrilmente sus inquietudes, en la afanosa búsqueda de una luz esperanzadora que hiciera ciertos los perfiles de una idea que signada inicialmente como locura, pudiese convertirse en una espectacular y brillante realidad: la realización en San Cristóbal de unos ¡Campeonatos Mundiales de Ciclismo!.
Corría el año 1971 cuando Díaz León, impelido por la inquebrantable fuerza que genera la confianza en un proyecto grande, confió sus cuitas al entonces gobernador Jorge Francisco Rad Rached. El espigado mandatario no encontró palabras ni gestos para deshacerse de aquel hombre que, argumentos en mano y con verbo encendido, promocionó y defendió con vehemencia su mirada visionaria. Su dilatada experiencia de comunicador social especializado en deporte y en consecuencia, sus correrías por las apasionantes coberturas de juegos olímpicos, panamericanos, centroamericanos, mundiales de fútbol y las infaltables vueltas a Colombia en bicicleta, fueron evidencia sin atenuantes que hicieron valer los razonamientos aprisionados en el dossier de sus ilusiones. No había más camino. El experto periodista ciertamente, soñaba, pero era un sueño abonado con la contundente certeza de la realidad. Prudente y necesario era apoyarlo. Había mucho para ganar y muy poco para perder, en la intención de montar una fiesta universal sin parangón en la historia deportiva de Venezuela.


La Vuelta al Táchira, génesis del sueño

La chispa que encendió la llama de esta ambición fue la Vuelta al Táchira en Bicicleta. La resonancia que la ya tradicional competencia había adquirido en el mundo del ciclismo, era suficiente apoyo para estimular la consecución del máximo evento del pedal. Díaz León así lo entendió y con sus reportajes en el Diario "La Nación", de San Cristóbal, y sus recordados "Informes al Exterior" para una agencia internacional de noticias, comenzó su campaña en procura de consolidar la idea.
-"No era sino echar a volar a los cuatro vientos este sueño que los mismos tachirenses crearon con su masivo calor y apoyo a la Vuelta al Táchira. Las grandes multitudes que victoreaban el evento en todas las rutas que recorría, era suficiente aval para garantizar la petición a la Unión Ciclista Internacional (UCI) de unos mundiales de ciclismo", recuerda emocionado hoy día el empeñoso periodista.
Y la acción no se hizo esperar. En ese entonces, el presidente de la Asociación Tachirense de Ciclismo era el Dr. Miguel Oscar Carrillo, destacado médico y aficionado a la disciplina. Esta fue una circunstancia en extremo feliz para los proyectos de Díaz León, porque el desaparecido galeno era un hombre entusiasta, optimista y tan lleno de fe como el comunicador social. Por eso, moverse en busca de Pedro Maximino Pérez, el creador de la Vuelta al Táchira, del también médico Roberto Trujillo y hacer consultas al periodista colombiano Héctor Urrego Caballero y a otros dirigentes de valía, fueron tareas cumplidas con titánico empeño.
- "Investigamos, consultamos a especialistas en la materia, confiamos tímidamente estos sueños a gente de confianza en los distintos niveles de la sociedad tachirense, buscando la fuerza necesaria para lanzarnos definitivamente a la aventura. Todos apoyaban el movimiento, algunos abiertamente, otros con sus naturales reservas, pero todos con el convencimiento de que si lográbamos materializar este ambicioso empeño, lograríamos darle al Táchira una proyección jamás imaginada para la época", relata visiblemente satisfecho Díaz León, quien además refiere que el Secretario General de la UCI, el italiano Giuliano Pacciarelli, fue factor importantísimo en la orientación de toda la documentación y recaudos que debían cumplirse para tener éxito en las gestiones de petición de sede.
Y así fue. En enero de 1974, mientras se desarrollaba la versión número nueve de la ronda tachirense, Venezuela refrendaba ante la UCI la inscripción oficial de San Cristóbal como aspirante a sede oficial de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo de 1.977. Era el primer gran paso. Ahora había que esperar a las gestiones que haría la Comisión Especial que viajaría a Montreal, Canadá, en el mes agosto, donde finalmente se habría de designar la sede definitiva del evento, en las reuniones previas a la cita mundial del 74.
Todo era cuestión de espera. De conversaciones, contactos y búsqueda de apoyo en los países de Europa, con gran fuerza decisoria en los cónclaves de la UCI. De preparar una convincente agenda de propósitos para que los jerarcas y delegados mundiales del ciclismo otorgaran la buena pro para Venezuela, ante las solicitudes de los otros países que aspiraban a la sede.
Los otros aspirantes eran: ¡Alemania, Bélgica, China! Menudo reto!

II

Una distinguida representación de las fuerzas vivas de la región se armó de documentos, argumentos y maletas y viajo en el mes de agosto de 1974 a Montreal, Canadá, donde se iban a desarrollar los Campeonatos Mundiales de Ciclismo correspondientes a ese año. Representantes del Gobierno del estado, de la Asamblea Legislativa, un delegado por el Instituto Nacional de Deportes, miembros de la Asociación Tachirense de Ciclismo, así como representantes de los medios de comunicación, tomaron viaje y llegaron al hotel Mount Royal Sheraton. En ese sitio se cumplirían las reuniones de los miembros de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y los delegados de todos los países del mundo pertenecientes a ese organismo deportivo. Era el momento del "ahora, o nunca".
La campaña y conversaciones desarrolladas por los tachirenses con los jerarcas de la UCI, los miembros de la Federación Internacional de Ciclismo Aficionado (FIAC) y la rama correspondiente al ciclismo profesional (FICP), así como con los principales delegados europeos y asiáticos fue muy exitosa. El material audiovisual que mostraba a San Cristóbal como una de las ciudades más acogedoras del país y la argumentación tan entusiasta de Asnoldo Devonish (delegado del IND) y de Pedro Maximino Pérez, presidente de la ATC, fueron realmente impresionantes. Fue la puntada suprema a la "conspiración" que ya habían desarrollado, entre otros, Teodomiro Chaparro, Gonzalo Castellanos y Ernesto José Branger.
China, que aspiraba a la sede, renunció. Bélgica declinó, pero apoyó a Alemania, que tenía gran experiencia en eventos de esta naturaleza y había montado los Juegos Olímpicos recientemente.
La Asamblea General de la UCI dio, finalmente, su veredicto: la ciudad de San Cristóbal, en Venezuela, era la sede oficial de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo de 1977. Fue la gran fiesta de los venezolanos. El salón principal del majestuoso hotel se llenó de música, comidas y bebidas criollas, y entre emocionados abrazos se consolidó el apoyo de la mayoría, incluso de los países rivales en la aspiración. Era la primera vez que América Latina y desde luego, Venezuela, tenían el privilegio de montar estos campeonatos y para colmo de la sorpresa ¡se le concedió la sede a una ciudad que aún no tenía velódromo!. Algunos de los altos jerarcas de la UCI, como su Secretario General, el suizo Michael Jeckiel, el italiano Giuliano Pacciarelli y el español Luis Puig, sonreían con satisfacción, mientras que ya aquí, en la Ciudad de la Cordialidad se echaban las campanas al vuelo por tan impactante noticia. Fue una estupenda victoria. Pero también se asumía un compromiso tan ambicioso como exigente. La acción era inmediata. Se estaba en 1974 y la cuestión quedó pautada en el cronograma de la UCI, para cumplirse del 22 de agosto al 4 de setiembre de 1.977.

III

Panamericanos de Ciclismo, prueba de fuego para afinar detalles

El ciclismo es un deporte dinámico. En él, perder tiempo es perder la competencia. Así lo asimilaron los dirigentes del momento, porque apenas obtenida la sede de los Mundiales, se nombró un Comité Organizador encabezado por el Gobernador del estado, Luis Enrique Mogollón Carrillo, quien inmediatamente designó como presidente del Comité Ejecutivo al empresario tachirense, Ernesto José Branger Moreno. Un equipo de distinguidos profesionales de la región completaron el formidable equipo de trabajo. De inmediato, comenzaron la gran cruzada en busca de la cúspide del éxito.

La primera gran conquista fue la inmediata consecución de la sede de los Panamericanos de Ciclismo. Ante la perfomance de Montreal, al presidente de la Confederación Panamericana de Ciclismo, General Marcos Arámbula Durán, no le quedó más alternativa que complacer la petición de los tachirenses. Así, del 29 de mayo al 6 de julio, se cumplió el evento. El velódromo aún no estaba concluido en su totalidad. Sin embargo, la pista de cemento con 333,33 metros de longitud estaba lista al igual que la tribuna popular. Una estructura temporal de madera, de muy limitada capacidad, hizo las veces de tribuna principal. Desde allí, el presidente Carlos André Pérez inauguró el torneo, luego que una vieja gloria del deporte, Teo Capriles, había interpretado "a capella" la canción de la patria. Una bella trigueña, toda sonrisa y simpatía, engalanaba la improvisada tribuna: Judith Castillo, Miss Venezuela 1976.

El torneo continental fue exitoso y una gran prueba para afinar detalles con miras a la cita universal de 1977. México se alzó con el triunfo, mientras Colombia le secundaba en el medallero y Venezuela se ubicó en la sexta casilla. Miguelito Mergalef, de Uruguay, se convirtió en el primer medallista de esta pista, al conquistar la prueba del Kilómetro contra el reloj. En la ruta, la especialidad más conocida entonces por los aficionados, el mexicano Rosendo Ramos fulminó a los favoritos colombianos Manrique y Donneys. Ramón Noriega, por Venezuela, alcanzó la cuarta posición en la raya de la avenida España.

Los Mundiales más concurridos de la historia

Las palomas mensajeras del Dr. Ardila Plaz revolotearon alegremente sobre el Velódromo de Pueblo Nuevo aquel jueves 24 de agosto de 1977, que esa tarde del estaba totalmente colmado con 14 mil almas en sus tribunas. El Gobernador, Mogollón Carrillo invitó al presidente Pérez a inaugurar hermoso escenario deportivo, y el primer mandatario nacional en emocionadas palabras reconoció: "Este velódromo es un homenaje a las gran afición del Táchira". Adriano Rodoni, presidente de la Unión Ciclista Internacional, declaró inaugurada oficialmente esta cita de los mejores del mundo. Santos Rafael Bermúdez y Nicolás Reidtler encendieron la llama olímpica de la competencia

Alrededor de 800 deportistas inscritos, entre profesionales, aficionados y damas, comenzaron su duro batallar por los laureles del triunfo. Disputarían 16 pruebas, incluida la prueba individual por puntos para corredores de pista. Por primera vez, en Latinoamérica, un Campeonato Mundial se disputaba en todas sus categorías y especialidades. Millón y medio de personas en 62 países, estarían al tanto del evento por las transmisiones de la agencias internacionales de noticias, enviados especiales entre los que destacaba el italiano Rino Negri y la señal a todo color de Venezolana de Televisión. La empresa Longines marcaría el tiempo oficial de las competencias. Simultáneamente, 95 guías intérpretes se esmeraban por unificar el entendimiento de todos los idiomas que tenían un código común: el lenguaje del ciclismo y la amistad de los pueblos.

Competitivamente, las expectativas fueron más que satisfechas. Cayeron algunos de los llamados "monstruos" y emergieron nuevas figuras. El francés Morelón en la pista y el belga Merckx en la ruta, ambos emblemas mundiales, fueron los más significativos en su digna abdicación. Lothar Thoms, de Alemania, se comió el reloj en el kilómetro y fue el primer medallista de la justa. Las soviéticas Galina Jsareva y Vera Kusnetzova destacaron entre las damas.

En el espectáculo de la ruta profesional, la presencia de luminarias como Merckx, Moser, Thureau, Maertens, Poulidor y Thevenet eran garantía de final de fiesta a todo trapo, al igual que la presencia de los mejores en la rama amateur, que cerraron podio con el italiano Claudio Corti, el soviético Morozov y otro italiano: Salvatore Meccalli. Reidtler llegó en el puesto 21. En la máxima categoría de los ases, Francesco Moser marcó la pauta vencedora, seguido por el germano Thureau y Franco Bitosi. El ídolo Merckx llegó de último, en una personal y anunciada decisión. Su casilla fue la 33, con 2 minutos y 33 segundos de retardo. Sin embargo, la ovación para "El Caníbal", cinco veces ganador del Tour de Francia, fue generosa como su sonrisa de despedida.

Para Venezuela, lo más meritorio en el aspecto competitivo fue su sexto lugar en los 100 kilómetros por equipos que se cumplieron en entre La Fría, Orope, Coloncito y La Fría. Adín Albarrán, Fernando Fontes, Justo Galavís y Ramón Ramírez, con la conducción de Leandro Coco, sorprendieron con la sexta casilla, detrás de la Unión Soviética, Italia, Polonia, Bélgica y Checoslovaquia. Toda una proeza aun no igualada.

Mis mundiales de ciclismo

Por Ramsés Díaz León

El lugar: Velódromo Olímpico de Munich, agosto de 1972. Un reciente amigo al que conocí un año atrás en el velódromo de Cali durante el torneo de ciclismo de los VI Juegos Panamericanos, Héctor Urrego Caballero, me señaló en la tribuna de prensa del óvalo en la capital de Baviera, a un caballero de la tercera edad, de quien me dijo: Es Jack Marchand, el editor de ciclismo de L’Equipe de París; en mi criterio –observó Urrego- el periodista que más conoce de ciclismo en el mundo. Pese a que me confieso un mal fisonomista, su rostro se me quedó guardado para siempre.
Una mañana, en la villa de prensa de los Juegos Olímpicos apareció en los idiomas participantes una invitación para asistir, al día siguiente a conocer el trazado de la gran prueba de fondo del torneo de ciclismo de la máxima justa deportiva mundial. La invitación estaba colgada en todas las carteleras.
Formé fila en la cola para esperar el momento de subir a uno de los cerca 30 microbuses que nos iban a llevar al recorrido. El vehículo tenía capacidad para siete pasajeros: uno adelante con el conductor y detrás dos filas de tres puestos cada uno. Me correspondió el puesto junto a la puerta derecha de la banca de en medio. Y cuán grande sería mi emoción, cuando advertí que en la misma banca en el otro extremo estaba sentado Monsieur Marchand.
Había un gran inconveniente para establecer un diálogo: la barrera idiomática. Marchand, sólo habla francés y yo español. Sin embargo ¡oh malicia indígena! Me atreví a lanzar una pregunta en voz alta ¿alguien aquí habla español? contaba con la suerte de mi lado: el colega que iba en la banca de adelante se volteó y dijo “yo un poquito”. Me vino como anillo al dedo, porque era de la provincia de Quebec, el área francesa de Canadá, en donde el ciclismo es más fuerte.
Extraje dos tarjetas de presentación que tenía mi nombre, Diario de La Nación, San Cristóbal Venezuela, entregué una al canadiense y otra a Marchand, pero la tarjeta nada les dijo y así lo entendí. Entonces lancé la pregunta más ingenua, pero a la postre más útil para el propósito: Monsieur Marchand, una ciudad con 300 mil habitantes (cifra inflada para la época) puede aspirar a hacer un campeonato mundial de ciclismo.
La respuesta fue como una bofetada al rostro pero que recibí con características de masoquista “¿Y qué tiene que ver lo populosa de una ciudad para un mundial de ciclismo? el año pasado, la sede fue Varese, una pequeña localidad italiana de apenas 70 mil habitantes; en cambio no ha habido un mundial en México, Nueva York, San Pablo o Tokio”, fue la respuesta de Marchand quien agregó: Las sedes se otorgan a las ciudades o países con tradición ciclística.
Fue en ese momento cuando me sentí grande y entonces me dirigí al canadiense para que tradujera: Nosotros hacemos anualmente la Vuelta al Táchira… Marchand no esperó que concluyera mi explicación y me cortó:
Tachira (así sin el acento debido) Cochís (también aplicó mal la acentuación) y se extendió “el ciclismo mundial tiene que volver sus ojos a América, en donde está surgiendo un ciclismo silvestre”.
No necesité más. Ese pequeño diálogo fue la confirmación de la factibilidad para pedir la sede, la que como está dicho, exactamente dos años después se nos concedió, durante el Mundial de Montreal. Por cierto que busqué al periodista canadiense en el congresillo técnico del Sheraton y en el viejo velódromo de Montreal, (Se construía uno nuevo para el ciclismo de los Olímpicos del 76), pero no vi su rostro. Advertí que había sido un desagradecido, porque no le pedí en Munich ni el nombre ni el medio para el que trabajaba, por lo que no había manera de indagar por él.
El Velódromo
Corría el mes de enero de 1973 y a la redacción del periódico entró el candidato de Acción Democrática, Carlos Andrés Pérez. Toda la redacción se paró a saludarlo, pero yo me quedé en el sitio de trabajo, porque no me podía mover, estaba terminando una de las etapas de la Vuelta al Táchira.
¿Qué oye, me preguntó –acercándose a mi escritorio- quien once meses después iba a ser elegido Presidente de la República?
La Vuelta al Táchira y a propósito, usted que va a ser el Presidente, debiera comprometerse con el Táchira a hacerle su velódromo a San Cristóbal. Ya la ciudad está inscrita ante la UCI y es muy probable que ganemos la sede.
“Puede usted anunciar, de manera oficial, que en mi gobierno se construirá el velódromo para esta ciudad, que tanto merece por su pasión por el ciclismo”.
En el mes de Abril de 1974, asistía en el restaurante El Portón en Caracas a la reunión en la que se entregaban los premios nacionales de periodismo otorgados por el IND. Cuando me acerqué a recibir el que se me concedía por haber sido reconocido como Periodista Deportivo de la Provincia, rompí el protocolo para decir:
Quiero aprovechar este escenario, para pedir a mis colegas su colaboración con el Campeonato Mundial de San Cristóbal, que seguramente realizaremos en 1977; en el mes de agosto se decidirá la sede en Montreal. Necesitamos se nos construya el velódromo.
Juan José Lecue, quien fungía como Jefe del Departamento de Ingeniería comentó con sus vecinos de mesa: En el Táchira están pensando en un súper velódromo. Les vamos a hacer uno similar al de Cumaná y va que chuta. Mi esposa que me acompañó en esa ocasión, porque yo debía seguir a cubrir el Clásico de los Trabajadores en Valencia, oyó al señor Lecue y me pasó el chisme.
Yo solo atiné a decir y en voz alta: el Presidente Pérez durante su campaña nos ofreció el velódromo, él sabe que la afición del Táchira es muy grande y por eso estoy convencido que en el de San Cristóbal tendremos un poco más de las 1500 plazas de Cumaná. Probablemente Lecue se sonrojó, pero no quise ni mirar su rostro.
Ganamos la sede
A la una de la tarde tenía por Radio San Cristóbal un programa deportivo. La elección de la sede estaba por comenzar y la numerosa delegación venezolana se cruzaba los dedos. El arquitecto Eduardo Santos Castillo presentó en diapositivas –era el recurso visual que existía en la época- todas las atracciones de San Cristóbal, sus montañas y festejos, sus sitios turísticos.
Pero hubo una explosión de incredulidad dentro del auditorio cuando mostró la araña, el pulpo, la moderna vialidad de entonces y los majestuosos edificios caraqueños. Como quiera que él advirtiera la sorpresa, se apresuró a señalar que era la ciudad de Caracas, por donde llegaría la mayor parte de las delegaciones.
Un mesonero colombiano que hablaba muy bien el francés fue mi contacto para que tuviéramos la conexión telefónica con San Cristóbal, ya que no existía el discado directo y el programa ya había comenzado, sería la una y siete minutos cuando desde el auricular de mi habitación y tras apurar un gigantesco trago de ron venezolano lancé la noticia al aire. Ese día comprobé que mi corazón funcionaba bien, porque estuvo a punto de salirse.
Me contaron al regreso, que ese día hubo caravanas de entusiastas aficionados que se desplazaron por calles y avenidas haciendo sonar las bocinas de sus vehículos. Lo demás es la historia conocida. A partir de ahí toda la ciudad a prepararse para montar el evento que habría de ponernos a prueba. La Vuelta al Táchira que un quijotesco grupo de aficionados habían creado ocho años antes, se convirtió en rampa de lanzamiento para la épica competencia.
Promesa cumplida
“Dígale a Ramsés que yo le cumplí a San Cristóbal y que ahora está en la obligación de velar por su conservación”, me dijo la mañana siguiente a la inauguración, desde su oficina, el editor jefe del diario, José Rafael Cortés, gran amigo de CAP, cuando entraba a trabajar. Infortunadamente el velódromo no ha tenido ni los cuidados, ni el uso debido, pero no está en mis manos
Son apuntes inéditos que entrego al licenciado José Ernesto Becerra. Y aprovecho la oportunidad para agradecer a Guillermo Villamizar su referencia que recibo como un sentido homenaje de quien fue testigo de muchas de las batallas que libramos para poder materializar la idea.


COMITÉ ORGANIZADOR

Comité Ejecutivo


Ernesto José Branger
Director General
.
Gonzalo Castellanos
Sub-Director
.
Carlos Andrés Meneses
Director de Administración
.
Luis Eugenio Correa
Director de Servicios
.
Carlos Alviarez Sarmiento
Director de Comunicación
. Armín Cameron
Director Técnico
. José Lucidio Martínez
Secretario Coordinador
. Ramón Alí Mogollón
Turismo
. Juan Hinojosa García
Comercialización
.Roberto Trujillo
Médico
.


PERSONAL TÉCNICO
.
Guillermo Villamizar
Asesor Turismo
.
Raúl Méndez Durán
Dietista
.
José Sánchez Frank
Ast. Director General
.
Douglas Pernía
Ast. Director Técnico
.
Antonio Ruiz Sánchez
Ast. Comunicaciones


Félix Sánchez
Ast. Director Servicios


Arturo Osorio
Ast. Turismo

Fernando Guerrero Chososmo
Acreditación


Armando Rosales Cárdenas
Oficina Eventos Tuirísticos

Coronel José Teófilo Velasco
Oficina Eventos Turísticos

Participe

La falta de memoria social generada por el olvido de la propia historia, es un problema que afecta a las comunidades ya que quienes detentan el poder pretenden borrar los hechos que le dieron identidad a un pueblo.
Estas tendencias buscan sobre la construcción de permanentes escándalos, hacer que la gente y sobre todo las nuevas generaciones se olviden de las raíces que le dan sustento a nuestra realidad.
Cuando las generaciones no tienen una experiencia directa con ciertos acontecimientos
, solo les resulta posible conocerlos a través de dos vías: los medios de comunicación y la enseñanza educativa.
Tanto los maestros como los comunicadores sociales, tenemos la irrenunciable obligación de garantizar que los hechos históricos no se diluyan, permitiendo de esta manera la construcción de la memoria social.
Por estas fundamentales razones reciba mis felicitaciones y apoyo solidario por el extraordinario Blog creado, elaborado y administrado por Usted con la intención de recordar que hace treinta años los Tachirenses fuimos protagonistas al realizar los Campeonatos mundiales de Ciclismo.
La memoria colectiva es un tema de suma relevancia y de gran preocupación para todas las sociedades. La construcción del recuerdo histórico y de una adecuada memoria social son los elementos que, en definitiva, posibilitan un aprendizaje valioso para el futuro de cualquier nación.
Es importante que los Tachirenses de esta hora sepan que hace Treinta Años se celebraron en este espacio geográfico y humano los «CAMPEONATOS MUNDIALES DE CICLISMO», entre el 22 de Agosto y el 4 de Septiembre de 1977.
Desde mi óptica personal esta competencia mundial fue y es el evento deportivo de mayor trascendencia que se haya realizado en Venezuela.
Si bien es cierto que en el país se han celebrado otras justas deportivas, no es menos cierto los Juegos Panamericanos es un evento que apenas convoca a los representantes de los países de este continente y que la recién realizada Copa América, fue una competencia a la cual asistieron apenas algunas selecciones de la región y que los Tachirenses apenas vieron jugar a tres equipos del área suramericana.
En virtud a una tendencia que busca generalizarse en la sociedad venezolana, de pensar que la patria apenas está naciendo; resulta conveniente afirmar que esta comunidad ha venido creciendo en el concierto mundial gracias a la obra de hombres y mujeres que han hecho singulares aportes tal como la organización y exitoso desarrollo de los «CAMPEONATOS MUNDIALES DE CICLISMO».
Adjunto le estoy remitiendo dos (2) notas que sobre ese extraordinario evento he enviado a los medios de comunicación regional a fin de hacer un homenaje a los protagonistas de aquella gesta. Esos comentarios ya aparecen para el mundo en la página http://www.dumar.name
Tengo la seguridad de que Usted, preocupado por estos temas que van mucho más allá de la historia nacional, apoyará su difusión para conocimiento de las nuevas generaciones.

Reciba mis expresiones de gratitud y aprecio

Amigo,
FELIPE GUERRERO


Links:


El Táchira fue el gran gregario

El Pueblo Tachirense ganó medalla de oro


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Me permito felicitarlo por esa iniciativa la cual llena de orgullo para el tachira cuando un evento de tal magnitud le abrio las puertas al mundo del ciclismo, ya 30 años, casi nada, pero hay recuerdos experiencias en la organizacion que nos permitieron llevar el nombre del estado tachira en la cuspe mundial.
En el mes de octubre en el rotary club de San Cristobal vamos a celebrar los 30 años
Felicitacion y buscaremos mas material para fortalecer la pagina web.
abrazos
Douglas Pernia

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atariba@cantv.net